18 marzo 2014

EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA





Hace rato que el horno estaba listo para ser usado. Desde su rincón nos llamaba, y fue tan persistente que logró que un jueves nos encontrasemos todos con el tiempo disponible para entregarnos a la tarea de amasar y hornear pan.


Como era la primera vez, nos aventuramos con 5 kilos de harina, no sea cosa que el calor no alcance para varias horneadas. Además habíamos procurado conseguir leña pero con el carnaval instalado entre nosotros no pudimos conseguir flete desde el pueblo. Así que rejuntamos cuanta rama y tronco había por ahí.


Alrededor de las 4 de la tarde comenzamos. Limpiamos la mesa del patio/galería, preparamos lo necesario y arrancamos con la esponja. Agua tibia, una cucharada de azúcar, 100 gramos de levadura y  1 poco de harina en un cacharro enlozado y a esperar que crezca en un lugar cálido.


Una vez que nuestra esponja estuvo lista nos pusimos a  mezclar:  harina, grasa y salmuera. Cuando más o menos se unieron los ingredientes los chicos pudieron meter mano, terminar de armar el bollo y amasar.


Matías fue preparando el horno. Claro que sobre la marcha aparecieron detalles que no habíamos tenido en cuenta pero que él se ocupó de ir solucionando. Con un palo y ramas de molle armó una escoba para limpiar el interior del horno. La tapa la improvisó con una chapa que nos dio el vecino. Y la pala para meter y sacar el pan la hizo con una madera chata que estaba dando vueltas por ahí.


Mientras que el fuego ardía transformando la leña en brasa, la masa descansó y levó. Una vez que ya estaba al doble de tamaños hicimos bollos más pequeños que achatamos con el palo de amasar. Cuando el horno estuvo a punto llegó el momento de hornear.












 Increíble fue ver salir esos panes dorados, listos para comer y preparados entre todos.



Increíble también la experiencia vivida.

Sentir que el tiempo se detenía.

Que el fuego hacía su magia.

Que el esfuerzo y el trabajo de hacer el pan tenían su recompensa.

Sentir que fue una tarde de disfrute.

De descubrimientos.

De hacer equipo.





Luego de tanta labor, rendidos pero felices, nos sentamos alrededor de la mesa.

Pan casero y mate cosido.

Charla y risas.



El compartir llegaba a su máxima expresión.












10 comentarios:

  1. Oh, Tere ... este relato tan pormenorizado ha inundado la casa del aroma a pan que baja desde los cerros, lleno de color y afecto.
    Cuántas historias habrán de contar galería y horno de ahora en más.
    Besos, mi querida. Saludos al resto de la familia,

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  2. Que espectacular ese horno!!!! y poder hacer tu propio pan , cocinado ahi. Ahora las empanadas !!! ajjaaj
    Muy buenas fotos !
    Saludos :)

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  3. Que linda entrada Tere!!!! Que lindo momento!!!!!! Yo tengo el horno chileno dentro de la casa, la cocina eonómica en la cocina, y una estufa rusa provisoria que estamos por destruir para hacer una nueva (bueno, hace como dos años que estamos por...jajaj) Amo los fuegos y poder cocinar en ellos. Me da pena saber lo anti medio ambiente que son, por la leña y eso, pero son como algo vital para mi...Me encanta que lo tengas afuera y poder compartir esa magia en familia!!! Me imagino los panes!!!!! Besos!

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  4. ayyy me encantó! puedo sentir el momento al leerlo!!
    que espectacular, proceso y el resultado! besos

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  5. hermoso poder compartir estos momentos en familia! y me hubiera comido los 5 kilos yo solita!
    besos

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  6. Hacer pan es algo mágico. No se si es ver la masa tomar vida, o si es el amasado liberador de tensiones o el olor que sale del horno, o lo definitivamente rico que es el pan casero! Y si es en familia, ni hablar.
    Por muchos panes más!

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  7. ¡Qué rico! pan + casero + en horno de barro... ¡un espectáculo! Y el momento vivido también.
    Me hiciste acordar a cuando era chica y mi abuela preparaba empanadas en el suyo, mmmmmm
    Un beso.

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  8. ME ENCANTAN LOS HORNOS.
    ASI TODO ES MAS RICO...EL PAN,LA PIZZA UNA EMPANADA....
    DIVINISIMO.
    CHAUCITO

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  9. Qué gustazo de post, Teresa: gracias por compartir con nosotros esa experiencia y, de alguna manera, ese pan realizado por vosotros.
    Besos y feliz fin de semana ^-^

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  10. Qué lindo post, como que estaba ahí con vos...solo me faltó probar el pancito!!

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Soy toda oídos...