Para los chicos, las vacaciones, son el espacio ideal para jugar, jugar y jugar, desde que se levantan hasta que caen rendidos sobre la almohada. Y Fran y Simón no son la excepción. Si el tiempo acompaña pasan las horas afuera trepando cerros, armando castillos de tierra, en la pileta, con los animales, etc, etc, etc. Incluso la hora del te se puede convertir en un picnic en las alturas con unas galletitas y una botella de jugo.
Como en casa vivimos eternamente en construcción, dejamos para más adelante el armar un espacio de juego en el jardín. Pero está semana los piojos pedían por un rincón en donde jugar abajo de los árboles. Así que Matías improvisó una carpa con palos, cañas, alambre y una sábana vieja. SUPER FRUGAL!!! Claro que no es digna de una revista de deco o de algún blog de decoración infantil. Pero para ellos es la mansión más lujosa del mundo porque la hizo su papá.
Además no hay nada mejor que poder armar un espacio de juego con lo que tenemos a mano en casa.
Como verán, Fran y Simón, ya están super instalados.
A veces me pregunto ¿cuánto tiermpo más disfrutarán
de jugar, de sus juguetes, de sus cosas de niños?
Cada día los veo más grandes y siento que vamos camino a la pre adolescencia.
Mientras tanto intento darme tiempo para jugar con ellos,
mimarlos, abrazarlos, meterme a la noche en sus camas para contarles cuentos.
Con esta super sencilla carpa de juegos me sumo al FINDE FRUGAL 19
que organiza Marce del blog Colorín Colorado.
Cariños y buen finde!!!