31 mayo 2012

CANASTOS EN MI COCINA

Me encantan los canastos, grandes, pequeños, medianos, de mimbre, de colores, como sean. Y el super artesano que tengo en casa lo sabe y no deja de sorprenderme con propuestas como esta:


Les cuento como fue. Un día llegó con tres canastos que le había comprado a un hombre que los ofrecía en la calle de entrada del pueblo. Estuvieron un tiempo circulando por la cocina hasta que se decidió a unirlos con alambre grueso del que usamos acá para tejer la caña de los techos.



Como el alambre quedaba muy desprolijo optó por taparlo, había varias opciones pero esta es única: corteza de árbol.  Por último elegimos el lugar de donde colgarlo y listo. No hay persona que entre a casa y no haga un comentario de nuestros canastos colgantes.


30 mayo 2012

MI RINCÓN ARGENTINO

El sábado pasado me recontra desvelé. No quería hacer mucho ruido porque todos dormían, entonces me conecté y aproveché para visitar algunos blogs. Entre tanta idea y cosa linda me di con la propuesta de Vicky de Cantando Victoria y de Sole de de la calle:



¡Me encantó la propuesta! Al día siguiente dediqué la mañana del domingo a ver cual de los rincones de la casa era el indicado y finalmente me decidí por éste: UNA REPISA LLENA DE DETALLES.


Está hecha con una adobera de madera (molde para hacer ladrillones de barro). Cada tanto me dan ganas de pintarla pero Matías (mi media naranja) insiste en dejarla natural, rústica. La pusimos en el comedor y la llenamos de detalles:

- Llamitas de lana que eran de Fran y Simón.
- Cardón hecho en crochet (ganchillo) con mis inexpertas manos.
- Cajitas de madera de cardón que les dí un toque con aguayo, picote y cintas.
- Ollita de barro con maíces multicolores.
- Foto de Ossiam Lindhom de los cerros de Maimará, tal cual lo que vemos desde los ventanales de casa.
cinta colorida tejida a mano, una de las primeras cosas que me compré en el norte.

Elegí compartir con todas este rincón porque habla un poquito de nuestras raíces profundas, de una historia que viene desde antes del descubrimiento de América, de éste mundo andino que se respira desde el norte argentino hasta el norte de Perú, tan rico, tan intenso, tan maravilloso.

29 mayo 2012

Pequeños detalles


 En Tilcara, como en muchos pueblos de la Quebrada de Huamahuaca hay Ferias en la Plaza Central en donde se vende artesanías. Muchas de las cosas que se ofrecen se traen de Bolivia y Ecuador y en menos cantidad se consigue artesanía local. En las Ferias encontramos tejidos, cerámicas, ropa, cosas de cardón… A veces por costumbre paso de largo y ni miro, pero hay días que ando con tiempo y llevo atención. Hay tantas pequeñas cosas que una quiere llevar a casa y poner en algún lugar especial!
Hoy les comparto pequeñas cosas que se pueden transformar en pequeños detalles que dan aire del norte a cualquier rincón.

A guardar, cada cosa en su lugar

Hola a todos! Hace rato que tenía pendiente ponerle onda a los tachos y latas que usamos para guardar cosas en el cuarto de Fran y Simón. No quería nada demasiado complicado, así que luego de evaluar opciones me decidí por pintura en aerosol. Este es el resultado:


La isla del olvido: Haruka y el espejo mágico

Un verdadero hallazgo está peli. ¡Increíble haber conseguido en Tilcara una buena copia, en idioma original con subtítulos!


Es la historia de una chica llamada Haruka que cae por accidente a un mundo donde se encuentra la Isla del Olvido, en la cual habitan seres con forma de zorros, que toman las cosas que las personas dejan olvidadas, para convertirlas en objetos de su vida diaria, y en donde Haruka comenzará una aventura al lado de su nuevo amigo Teo, en la busqueda del espejo que era de su mamá.
Habla de los recuerdos, de lo que olvidamos, de nuestra relación con los objetos.
Pasamos un rato increíble con Fran y Simón, disfrutamos la historia, los colores, los dibujos, los personajes!
Les dejo un link para ver un avance. Si buscan en you tube aparece bastante material: http://www.youtube.com/watch?v=9bZx9Uac0LM
Recomendamos!!! 5 pochoclos!!!

La hora del mate

Sin lugar a dudas el mate es parte de nuestra vida cotidiana. A la tarde mateamos con los chicos, el domingo con Matías, mientras trabajamos con Anahí y Ana María el mate es infaltable.



Comencé a tomar mate en mi adolescencia, con mis amigos y amigas, y enseguida lo incorporó toda la familia, incluso papá que había dejado de matear hacía años por la úlcera. Recuerdo los domingos escuchando el partido de River en la radio -en esa època no habìa Futbol pata todos y habìa que pagar para ver a los Millo- y compartiendo un amargo en familia.
Desde esa època hasta ahora el mate me ha acompañado siempre, y ya no tomo sólo amargo, tambièn me gusta dulce, con yuyos, incluso tomé tereré hecho con jugo de naranja bien frío, me lo preparaba mi tìa abuela Negri cuando la visitaba en esas tardes insoportables de 40º en la ciudad.
Pero debo confesar que el mejor momento es el de tomar mate sola por la mañana, cuando todos parten y quedo disfrutando de un ratito para mi. Pongo la pava y busco un lugarcito para relajarme. Puede ser mi cama, el patio o en el comedor disfrutando del paisaje. Sentir como va despertando el día mientras el mate se va lavando.
Y para este momento elijo un jarrito enlozado rojo, un poco golpeadito, pero que tiene el tamaño justo. Lo compramos con Matías un verano en Mar del Plata.

Una nueva aventura!

Hace rato que me rondaba en la cabeza la idea de escribir. Pero, ¿sobre qué? ¿en qué formato? Y poco a poco la idea fue tomando forma. Pensé, ¿qué mejor que compartir lo cotidiano, lo diario. Y parte de lo cotidiano es mi entorno, la geografía que me rodea: Jujuy, el norte, lo andino, la Quebrada de Humahuaca. Sus rincones, sus olores, sus colores, su gente.
Poder mostrar todo esto desde una mirada propia. Volver a encontrarme con las cosas que me enamoraron de este lugar que se transformó en mi rincón en el mundo.