Cuando hace 7 años Matias me llevó un día a conocer el terreno en el que haríamos nuestra casita debo decir que quedé bastante desilucionada: piedras, tierra y más piedras, grandes, chicas, de todas formas y tamaños. Sólo el imponente cardón que quedaría en el frente de la casa.
Hoy nuestro cardón gigante, que protegía la entrada no está, se enfermó y nada pudimos hacer. Pero alrededor de donde supo estar ya no hay tierra pelada, hoy hay un jardín. Lleno de plantas,flores y árboles.
Cuando llega septiembre todo revive en nuestro jardín. Hace dos semanas, una mañana tomando mate en el patio descubrí la primera flor de cardón de la primavera. Grande, rosa, casi fluo. Y por suerte la pude fotografiar, porque estas flores son efímeras, duran dos o tres días, no más.
Cuando veo ésta flor pienso en lo generosa que es esta tierra, que con un poquito de agua y nuestra dedicación se fue transformando y nos hace estos regalos.
¡Buena semana para todas!
*Tere*